martes, 8 de noviembre de 2016

AUTISMO

El autismo es un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida. Es parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés). Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones, haciéndolo más común que los casos de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos combinados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. También, está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos.
Los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, aunque nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de diagnóstico a 6 meses. Normalmente son los padres quienes primero notan comportamientos poco comunes en su hijo o la incapacidad para alcanzar adecuadamente los hitos del desarrollo infantil. Algunos padres explican que su hijo parecía diferente desde su nacimiento y otros, que iba desarrollándose normalmente y luego perdía aptitudes. Puede que inicialmente los pediatras descarten las señales del autismo pensando que el niño podrá alcanzar el nivel deseado y le aconsejan a los padres que esperen y vean como se desarrolla. Nuevas investigaciones muestran que cuando los padres sospechan que hay algo mal con su hijo, generalmente están en lo correcto. Si tienes inquietudes acerca del desarrollo de tu hijo, no esperes y habla con su pedíatra para que sea evaluado.
Si a tu niño lo han diagnosticado con autismo, una intervención temprana es crítica para que pueda beneficiarse al máximo de todas las terapias existentes. Aunque para los padres puede ser difícil etiquetar a un pequeño como “autista”, entre más pronto se haga el diagnóstico cuanto antes se podrá actuar. Actualmente no existen medios efectivos para prevenir el autismo, ni tratamientos totalmente eficaces o cura. Sin embargo, las investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno educativo apropiado, por lo menos por dos años durante la etapa preescolar, puede tener mejoras significativas para muchos niños pequeños con trastornos del espectro autista. Tan pronto como se diagnostique el autismo, la intervención temprana debe comenzar con programas eficaces, enfocados en el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas.
Tipos de autismo:
1. TRASTORNO AUTISTA
Es el trastorno más común dentro de las categorías del autismo y es comúnmente llamado "autismo típico" o “autismo clásico”.
Se manifiesta antes de los 3 años y se caracteriza por una alteración en las interacciones sociales, la comunicación, y el juego imaginativo, además de presentar un patrón repetitivo y restringido de comportamientos, intereses y actividades.
2. TRASTORNO ASPERGER
También se caracteriza por una alteración en las interacciones sociales y la presencia de actividades e intereses restringidos.
Además muestran un egocentrismo inusual y tienen muchas dificultades para expresar sus emociones; de la misma forma, muestran conductas repetitivas y un gran apego hacia ciertos objetos o personas.
3. TRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO - NO ESPECIALIZADO
También llamado “autismo atípico”, este diagnóstico se realiza cuando no se cumple con los criterios para un diagnóstico específico, pero hay una alteración severa y generalizada en algunas de las áreas o comportamientos que caracterizan los distintos tipos de autismo.
4. TRASTORNO DE RETT
Ocurre primariamente en mujeres y, rara vez, en varones.
Hay un periodo de desarrollo normal, seguido por la pérdida de destrezas previamente adquiridas. Por ejemplo,  pérdida del uso funcional de las manos el cual es reemplazado por un movimiento repetitivo de ésta. Se manifiesta entre el primer y el cuarto año de vida. 
5. TRASTORNO DESINTEGRATIVO INFANTIL 
Es un raro trastorno caracterizado por un período de desarrollo completamente normal seguido por una regresión dramática que ocurre entre los 3 y 10 años de edad, la cual provoca una pérdida significativa de las destrezas previamente adquiridas.



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